martes, 1 de febrero de 2011

Amén

A las ocho te despiertas para ir a la escuela. Si llegas tarde y sin justificante, castigo. Si hablas a destiempo, te ríes y no te llamas Eduardo Castillo de las Heras o eres el hijo del director, castigo.
A las tres en punto se come. Si no estás en la mesa, castigo.
Te lo tienes que comer todo. Si no te lo comes todo, castigo.
A las cinco es la misa de Nuestra Señora de los Milagros, luego merienda en casa de la abuela Amparo. Si quieres evitar la merienda, justificante. Si no acudes a la misa, castigo. Si quieres evitar la misa, milagro.
Tiempo libre sin justificantes, castigos y milagro.
A las nueve en punto se cena. Si no estás en la mesa a la hora, castigo. Si llegas a la hora con una persona del otro sexo y sin justificante, arresto domiciliario.
No hay pero ni queja que valga. Si la palabra no la tiene el señor, se busca. Si la palabra no puede tenerla el señor, justificante. Si la palabra no acaba teniéndola el señor, castigo.
La noche es para dormir. Si el señor se despierta una vez, castigo. Si el señor se despierta dos veces, temor. Si el señor se despierta tres veces, milagro.
El justificante es el salvoconducto, el comprobante de la fe. Sin él, cadena perpétua, pena de muerte, fusilamiento, castración, decapitación, caputo, finito.
*
Te despiertas a las nueve. Te levantas cuando puedes. Desayunas lo que te apetece.
Si llegas tarde a la escuela, te disculpas y te sientas. Paz. Si no te sientes cómodo y prefieres irte para casa, adelante, tranquilo. Si llegas a tu casa, no te encuentras bien y decides acostarte, perfecto, armonía.
De once a una se come. Si no tienes hambre, no comes. Si llegas tarde, tienes hambre y no hay comida, te buscas la vida sin que cunda el pánico. Si no tienes comida, no vives en este país.
De dos a cinco se merienda. Lo hace todo el mundo sin justificante. Si alguien no tiene merienda, la busca. Si alguien se queda sin merienda, milagro. Si alguien se toma tu merienda, perdón, no fue intencionado.
De cinco a nueve se cena. De cinco a ocho se cena. De cinco a siete se cena. De cinco a seis se cena. A las cinco se cena. A las diez uno duerme en paz.

martes, 15 de diciembre de 2009

Despejando la X-1

Giraba en una espiral y, quedaba
aún mundo para la eternidad.
El agua le daba igual.
Era la piscina lo que era.

Y nadó largos casi infinitos y, estuvo bien
haber hecho la bomba o erguido bien el palo
en los momentos de delirio, se repetía
¿cómo es posible un salto
con esperanza?

Entonces se paró y, al tiempo
le pidió poder ir hacia atrás,
pero éste le dijo: - No,
tú ya lo estás,
sólo te falta creer en los demás.

Y allí siguió, en su pedal
hizo novillos al poco o más tardar.

Del fin llegó, sin nada más
expuesto al mundo:
rodar para avanzar

jueves, 9 de abril de 2009

Aquí

Mi miedo es aquel que me llama a cualquier hora
y me incita a dejarme la piel en un trozo de nostalgia,

Mi miedo es el que mira cuando yo no quiero ver,
el suicida de un balcón reinventado,
el pobre infeliz que se muere, a menudo
por el polvo de un camello enganchado.

Mi miedo es el pulso de la vida encarnado
en un cuadro de principios y ventanas
donde no dan para un salto.

Mi miedo es el simple temor a tener miedo
de los días en que todo me resulta tan extraño,
es decir que de nuevo tengo miedo
a todo cuanto amo. Es cambiar de canal y ver
que todo sigue igual después de tantos años.

Mi miedo es desvirgar una hoja de papel
y prometerle vida eterna dentro de un armario,
o encontrármela un día en la vida pululando
y que alguien se enriquezca del temido llanto.

Mi miedo es la llama que se apaga
o se aleja de los sueños lentamente,
el velero que se ahoga por las prisas
en un mar inexistente o el apuro
por llegar sin alcanzar el deseo,
lo que uno siempre quiere.

Mi miedo es la música
que me hace ser más fuerte,
el sonido o sentirme indiferente.
Son los cinco grados que se encuentran
dentro de una lata, o un teléfono anotado como este:
626129447, que sé que de alguien fue,
de quien no recuerdo exactamente.

Mi miedo son las gotas de una lluvia que no llueve,
Son las hojas de una planta que no crece,
o llegar a tener un día
el corazón
parado
y que tiemble.

Mi miedo es que se muera alguien
que se quiere tanto que se teme,
temor a quererme demasiado
y que al final me arrepiente.

Miedo por las nubes que oscurecen
a cuarenta grados, miedo fue no saber
que me quedaría solo con el rumor
de una terraza sin estrellas.

Mi miedo está en los días que amanecen,
en las tardes que respiran
y en las noches que se duermen
en serio.

Mis Miedos son los ojos de María,
las curvas de Julia, los pechos de Rosa
la delicada voz de Clara y… claro,
un sin fin de efímeras pendientes.

Mi miedo está en el país que cree
haber tenido el mundo en un copa.
Incluso en los que nunca han peleado
ni siquiera una medalla.

Miedo es coser y cantar
por la barandilla de un balcón sin aire
seguir dependiendo y soñar.

Mi miedo es enfriarme o calentarme
con un cubitera por culpa del amor,
quedarme sin aliento en una cita o
congelarme al principio de una relación.

Mi miedo es que cruja la silla
cuando siente la cabeza.

Mi miedo es guardar secretos
en un cuarto sin futuro,
echarme a llorar en un colchón infinito
y pensar que escribir me salvará
del pánico a la vida.

martes, 9 de diciembre de 2008

Podría ser otro,
algo sencillo,
algo,
como el resultado de un proceso para niños.

Nado y nado y nada pasa
en este círculo que llueve
al tiempo que se abrasa,
en este submarino rojo
que no ve la luz de un bote,
en este pedazo de carne
que sólo deja a su paso
un puñado de interrogantes,
algunos huecos pálidos,
la mayoría con sangre,
y en la desidia
puede que algún día me vea
intentando salir a flote.

¿Me creerán, María
cuando les diga,
con un síntoma de gracia,
que yo soy el señor?

viernes, 14 de noviembre de 2008

Enteros de ciudad

Alboroto en un 43:
Un niño se pasa un cebra y, dos ancianas
que reclamaban asiento,
se incorporan con la ayuda de los frenos
a una piña de veinte cabezas que empaña
el cristal de la parada.
El niño bala salta veinte metros, y atraviesa
tres locales, cuatro carriles y cinco coches,
un campo de pupilas se queda sin voz
mientras otro de ojos fúnebres se pierde
tras la matrícula de un 127.

domingo, 12 de octubre de 2008

Desde el interior

Creo en la profesión,
no en el trabajo,
me mandan -!haz esto!-,
y le hago aquello y lo otro,

ahora... límpiame la cuenta o…
cámbiate de mesa, riega bien la planta,
envía dos mensajes diciendo que no voy,
mira que haya papel en la impresora,
¿si bajas a la calle… me traerás tabaco?

Pues también,

¿pero yo,
a quién le digo que me dé
lo que se ve que no es objeto?

¿a quién que escuche qué?
Si yo creo en el silencio
porque me abre el corazón
o me cierra la boca,
me deja sin voz y
me roba
casi siempre
la palabra.

¿a quién
siendo
pobre

qué?
Cuando apenas doy para comer,
y de lo poco,
mío,
nada.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Desde el interior

Solo, solo, quiero estar siempre solo
Como el aire que ilumina,
Como el sol que contamina,
Con la cosa más bonita
Que está a punto de nacer

Solo, solo, quiero estar siempre sólo
Con tus labios en mis versos
Y en la gente que camina,
con los vientos que son arte
cuando doblan las esquinas,

Solo, solo, yo no quiero estar solo
como el gris azul del mar
cuando no sabes qué hacer
o qué decisión tomar,

solo, solo, yo no quiero estar sólo
entre el filo de un cuchillo
que se clava lentamente
en el fondo de mi alma
y el recuerdo
que me rompe la cabeza
cada día
porque nunca entiendo nada.